Niño Jesús de Montañés, de Alemania a América pasando por Canarias

América fue el gran destino de muchas de estas imágenes con la iconografía del Niño Jesús

La representación individualizada del Niño Jesús tuvo una gran desarrollo en la Europa de los siglos XIII y XIV, encuadrándose la tradición del Jesús Infante en al arraigo devocional de numerosos monasterios alemanes, donde destacó la participación de las monjas como patronas, artistas y usuarias de unas imágenes destinadas a ejercicios piadosos, una devoción de culto particular y privado, cargada de una intimidad conventual  que convertía a estas tallas en auténticos tesoros para unas monjas que las cuidaban y arreglaban como si se trataran de auténticos niños de carne y hueso.

Durante el siglo XVII se produjo un espectacular tránsito de imágenes de Niños “montañesinos” hacia las Américas, siendo Canarias un primer lugar de escala donde todavía se pueden encontrar algunas muestras.  Ejemplos serían la talla de San Juanito de la parroquia de Adeje, vinculado por sus características con la mano de Montañés, así como el Niño Jesús de la iglesia de San Pedro en El Sauzal, vinculado por algunos autores a las formas del Niño Jesús que porta la talla del San Cristóbal de la iglesia del Divino Salvador. Otro capítulo correspondería a las numerosas reproducciones en plomo que se enviaron a Canarias y a América, pudiendo citarse el regalado por el canónigo de la entonces Catedral de Canarias, García Tello Osorio en 1626, como parte de una donación junto a una talla de San Juanito, la imagen conservada en la iglesia de la Concepción de La Laguna, o los ejemplares de San Pedro de Daute y San Diego de la Matanza de Acentejo.

América fue el gran destino de muchas de estas imágenes con la iconografía del Niño Jesús. Numerosas piezas se enviaron a las Indias, respondiendo a una amplia demanda de iglesias, conventos y particulares. En el siglo XVII, triunfará el  modelo del “Niño Montañés”, desarrollándose un comercio  de figuras ejecutadas en plomo.

En un plano local, la iconografía montañesina triunfó especialmente en los numerosos conventos femeninos de clausura de la ciudad y de toda Andalucía Occidental, siendo inabarcables las colecciones de piezas en madera o plomo, así como el encargo de imágenes con el mismo criterio estético hasta el mismo siglo XX.

Extracto de noticia y fotografía extraídos de ABC Sevilla (24 de diciembre)

El Sauzal, a 05 de enero de 2018